Kelenken (2,4 metros de altura, 3 de largo y 620 kg), la mayor ave carnívora y Andrewsarchus (2,2 metros de altura, 5,6 metros de largo y 1320 kg), el mayor mamífero carnívoro
Bienvenidos a mi nuevo tema. Esta vez me inspiré en un libro de la biblioteca del instituto, que se llama El libro de la vida, que es un libro bastante grueso y completo sobre la historia de la vida, desde los animales ediacaranos y las bacterias hasta la aparición de las ciudades. El libro es muy bueno, os lo recomiendo. Bueno, empezemos.
Hace 65,52 millones de años, los dinosaurios prosperaban a lo largo y ancho del globo, mientras nuestros diminutos ancestros se ocultaban en las sombras, pero un enorme cometa de 9,7 km de diámetro cayó en la península del Yucatán con un ángulo muy inclinado, de forma que lanzó mucho material a la atmósfera, que bloqueó el Sol durante 7 meses y medio. Este fenómeno bloqueó la luz solar, y con ella, desaparecieron las plantas y todos los dinosaurios, bueno, no todos, pues sus descendientes, las aves, sobrevivieron al impacto. Nuestros ancestros empezaron a crecer y llegaron al gran desarrollo que tienen hoy, pero, ¿como se las arreglaron los mamíferos para vencer a los dinosaurios?
Hace 65,52 millones de años, antes del impacto. Aunque parezca que no, los mamíferos ya habían iniciado un gran desarrollo a la sombra de los dinosaurios, y aparecieron grupos que podríamos reconocer y no bajo la forma de ratas o incluso cucarachas. Estos grupos eran los primates (Purgatorius), los ungulados en general (Protungulatum), condilartros (Chriacus), insectívoros (Zalambdalestes), pantodontos (Cimolestes) marsupiales didélfidos (Didelphodon), monotremas (Monotrematum y Obdurodon) y quizás los desdentados, los roedores y los extintos creodontos.
Algunos mamíferos cretácicos: a la izquierda de la mandíbula inferior está Didelphodon, sobre la otra mandíbula, el carnívoro Chriacus, y más atrás, dos Protungulatum, pequeños herbívoros
El Paleoceno
Ectoconus, un condilartro omnívoro
Hace 60 millones de años, es el Paleoceno. Con el mundo totalmente libre de dinosaurios, los mamíferos comienzan a desarrollarse, pero las aves tomaron ventaja en la posición carnívora. Un ejemplo es el Gastornis, de 2 metros de altura. No había grandes aves herbívoras, pues su lugar estaba ocupado por mamíferos herbívoros como los dinocerados, pantodontes y teniodontes. También había pequeños mamíferos carnívoros, entre ellos Proviverra y Tritemnodon (ambos creodontos), mientras los primeros verdaderos mamíferos carnívoros, llamados miacídos, vivían en los árboles, y un nuevo grupo, el de los mesoniquios, empezó a desarrollar su tamaño y alcanzaron el tamaño de un lobo. En Sudamérica, algunos ungulados procedentes de Norteamérica empezaron a prosperar mientras el continente se aislaba aún más.
El Eoceno inferior
Uintatherium, un enorme dinocerado
Hace 50 millones de años. Esta es la época dorada de las aves carnívoras, con grandes géneros en Europa, Norteamérica, África y Sudamérica; pero no en Asia. La razón es que los mamíferos de Asia habían iniciado un desarrollo espectacular, que les llevará a derrotar a las aves. Los grupos de mamíferos que evolucionaron entonces son muchos: caballos, tapires, paleoterios, brontoterios, calicoterios, tragúlidos, creodontos oxiénidos, murciélagos, grandes pantodontos y dinocerados, primates evolucionados, lémures voladores, leptíctidos, lagomorfos, y lo más sorprendente, cetáceos antiguos. Este grupo surgió como una alternativa de escape ante las aves. Como Asia estaba unida a Norteamérica por un estrecho de tierra (llamado estrecho de Bering), y esta estaba unida a Europa (Europa aún no estaba unida a Asia, dado que estaban separadas por un mar interior). Gracias a estos pasajes, algunos animales pudieron cruzar desde Asia e ir desplazando a las aves. Pero unas erupciones volcánicas entre Noruega y Gronelandia aislaron Europa, de forma que desarrolló fauna endémica emparentada con los animales asiáticos y norteamericanos. Las erupciones calentaron el planeta hasta una temperatura que permitía selvas tropicales en los polos.
El Eoceno superior
El brontoterio Megacerops y el tragúlido Archaeotragulus
Hace 40 millones de años. Ha habido cambios climáticos desde el Eoceno inferior, a pesar de las erupciones y el aumento de la temperatura subsiguiente, el mundo se ha enfriado y el nivel del mar ha descendido. Aunque Europa sigue aislada, no lo estará mucho tiempo. En esta época, las grandes aves del hemisferio norte están en decadencia, pero sobreviviran más tiempo en zonas más acuatoriales. En el hemisferio sur, se han desarrollado carnívoros marsupiales, entre ellos estaban los osos marsupiales o proborhiénidos, los mapaches marsupiales o boriénidos y los dientes de sable marsupiales o tilacosmílidos. En especial cabe destacar a los osos marsupiales, como Probothyaena, que, como sugiere su nombre, tenían el tamaño de un oso, e impedían que se desarrollaran grandes aves en Sudamérica (aunque había aves pequeñas o fororácidos más pequeñas como Paleopsilopterus). A demás de los antiguos grupos, en esta época aparecen los rinocerontes, tilópodos, protocerátidos, misticetos, odontocetos, embritópodos, proboscídeos, sirenios, desmotilos, osos hormigueros, cánidos, úrsidos, anficiónidos y pecaríes. Fue en esta época cuando apareció el mayor mamífero carnívoro, el Andrewsarchus, de un tamaño similar o mayor que el de un rinoceronte.
La gran extinción cenozoica
Hace 36 millones de años, los mamíferos enfrentan la que será la gran muerte cenozoica.
Un enorme cometa, de 8 kilómetros de diámetro, impactó en Siberia. La energía del impacto liberó una gran cantidad de roca hacia el espacio, y luego una lluvia de meteoros arrasó el planeta. Hay pruebas de que hubo dos grandes impactos. Uno en Siberia, y otro en Virginia (Estados unidos). El efecto de ambos asteroides fue peor que el del impacto que exterminó a los dinosaurios, pero los mamíferos no eran tan grandes y eran más adaptables, así que aunque la extinción fue peor, murieron menos seres vivos en tierra. Se cree que el impactó de Siberia generó un enorme terremoto que separó la Antártida de Australia (debido a que se formaron enormes grietas en las antípodas del impacto, y el meteorito de Norteamérica causó la formación de las filipinas). Esta separación causó que las corrientes frías rodearan la Antártida, lo que causó que esta empezó a congelarse y enfrió todo el planeta, por lo que los ya por sí escasos animales tropicales se vieron muy afectados. Pero esta extinción fue beneficiosa para algunos grupos, dado que dejó un gran ecoespacio vacío. Se extinguieron los primates lemuriformes que no se encontraban en madagascar, brontoterios, paleoterios, mesoniquios, condilartros, arqueocetos (cetáceos antiguos), parientes de los tapires, creodontos oxiénidos, proborhiénidos y leptíctidos.
El Oligoceno
Tras la catástrofe eocénica, no queda ninguna gran ave carnívora en el norte, por lo que nos centraremos en el Sur, en especial en Sudamérica, donde gracias a la extinción eocénica los osos marsupiales se extinguieron. Sin rival a su altura, las aves del terror o fororrácidos empiezan a crecer. El primer ejemplo de este crecimiento es el género Physornis, que dará lugar a una radiación de estas aves en el mioceno, alcanzando tamaños enormes y adquiriendo formas extrañas.
El Mioceno
Durante el Mioceno, las aves fororácidas crecieron y se convirtieron en los mayores depredadores sudamericanos. Antes de verlas con detalle, repasemos los mamíferos: los embritópodos desaparecieron en el Oligoceno medio, los creodontos siguen vivos aunque no pasarán del Mioceno superior, aparecieron muchos artiodáctilos en el oligoceno, entre ellos los cerdos, entelodontes, jiráfidos, bóvidos y dromomerícidos; entre los perisodáctilos, un tipo de rinoceronte, el Indricotherium, alcanzó un enorme tamaño, igualando a los dinosaurios saurópodos; y los carnívoros se diversificaron, dividiéndose en caniformes y feliformes. Vamos con las aves.
En el Mioceno medio, se desarrollaron en Sudamérica las dos mayores aves carnívoras que existieron: Kelenken y Phorusrhacos, ambas más altas que un hombre y con picos de más de 40 cm de longitud. Un rasgo curioso de su aislamiento es que estos animales comenzaron a desarrollar brazos funcionales y garras en las manos, asemejándose cada vez más a los dromeosaurios. Luego, con la aparición de grandes praderas y herbívoros mayores en el Mioceno superior, sólo sobrevivió un ave: el Titanis.
La extinción final de las aves
Hace 3 millones de años, bien entrado ya el Plioceno, las presas eran muy difíciles de cazar de por sí, pero el vulcanismo en el panamá conectó por primera vez ambas américas, permitiendo que las aves del terror migraran hacia el Norte. Una vez allí, su expansión se detuvo en Texas, donde se encontraron con los mamíferos carnívoros, entre ellos estaban los ancestros del lobo terrible, del oso de cara corta y del dientes de sable. El Titanis no tubo más remedio que huir hacia el Sur, pero finalmente los descendientes de estos animales norteamericanos alcanzaron la Patagonia, su último recurso, hace 1 millón de años. Allí no pudieron derrotar a los enormes dientes de sable y a los enormes osos de más de cuatro metros de altura y se extinguieron. No hay pruebas de que ninguna gran ave carnívora viera alguna vez un humano.
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