“Sí, hemos tenido que ceder mis compañeros, es verdad; pero les quiero contar una cosa: nuestro Presidente ve pues debajo del asfalto, ve más allá de nosotros, ve más allá del horizonte. Cuando se redactó el texto de Oruro (del proyecto de la nueva Constitución Política del Estado, CPE) conversó con los constituyentes y acordaron que algunos artículos había que radicalizarlos extremadamente, porque sabíamos que iba a haber una negociación algún rato, y con la negociación íbamos a retroceder un poquito, pero como habíamos exagerado en algunas cosas, el retroceso iba a significar ceder nada, creyendo que habíamos cedido. Eso habíamos hecho”
[1], confesó el Vicepresidente en su discurso del 20 de mayo (2013) cuando promulgó la Ley que le reconoce al actual Presidente el derecho a postular por tercera vez a ese cargo, en contra de la disposición transitoria dos de la nueva CPE.
Sin embargo, los gobernantes han cedido más de lo que confiesa el segundo mandatario para conseguir la aprobación de la nueva CPE, en cuestiones fundamentales, y no sólo en aspectos sin importancia, como miente García Linera.
Personas bien informadas han confiado a este redactor un dato que debemos propagar: el Vicepresidente, en reuniones con parlamentarios masistas y de la derecha, negoció la composición de la Asamblea Constituyente (AC). Luego, él, con legisladores derechistas, prometió “facilitar” la elección de constituyentes de oposición a su gobierno y que en la AC las cuestiones fundamentales debían resolverse por dos tercios de voto y no por simple mayoría.
Otra concesión de los gobernantes a sus opositores fue admitir, en el discurso y en la práctica, que la AC no sea soberana, que no sea constituyente, por ejemplo, del Estado plurinacional. La AC debió asumir todo el poder político en Bolivia, pero ese organismo se subordinó al Parlamento de entonces y consintió que éste ejecute tareas suyas (de la AC); incluso que modifique, aumente y suprima instituciones constitucionales que habían sido aprobadas por la AC en Sucre y Oruro.
De acuerdo al Vicepresidente —releamos el primer párrafo de esta nota— apoyado en una supuesta sabiduría el Presidente instruyó a sus parciales de la AC que ellos propongan artículos en el proyecto de CPE que sean radicalizados al extremo para que los rechacen los opositores, pero para que sirvan en una negociación esperada, según García Linera.
Esa “radicalización” de artículos del proyecto de la CPE fue una mentira descomunal tanto para los opositores como ante la gente del pueblo y, particularmente, para los que ayudamos a redactar, desde nuestras trincheras, el texto constitucional.
Creímos, por ejemplo, que serían recuperados para el Estado (y para los bolivianos) los latifundios porque tendrían aplicación retroactiva, aquella norma que es parte de la CPE y que dispone que nadie, en Bolivia, puede tener un predio superior a las 5.000 hectáreas.
Según la CPE nadie podrá poseer más de 5.000 hectáreas de tierras agropecuarias, desde la vigencia de la CPE hacia esta parte del tiempo. En cambio, los que tienen más tierras que las 5.000 hectáreas, desde antes de la nueva CPE y si una operación de saneamiento establece que esos predios cumplen una función social y económica: esos latifundistas, de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y entre ellos Branco Marinkovic, ahora socios del MAS, aunque sea con ganado prestado y tierras removidas que nada produzcan (como ya sucedió) pueden vencer satisfactoriamente el saneamiento de tierras.
Más aún: como si fuera una complementación, sin normas claras pero con recomendaciones de la Cumbre de Cochabamba (diciembre de 2011 y enero de 2013) los latifundistas que tienen predios de más de 5.000 hectáreas han recibido una ganga adicional: cinco años sin saneamiento de tierras, tiempo en el que criarían ganado y/o sembrarían, por ejemplo, pasto para sus animales; así conseguirían que sus predios “cumplan” la función económica y social, y consolidarían sus latifundios, aunque fueran improductivos y socialmente inútiles.
Otro ejemplo de las concesiones de los gobernantes, en especial, a los empresarios agropecuarios de Santa Cruz, es la referida a los transgénicos. Citamos:
El artículo 408 de la nueva CPE aprobada por la AC, pero no en el referéndum, dice: “Se prohíbe la producción, importación y comercialización de transgénicos”.
El artículo 409 de la CPE, que ayudamos a redactar y la que aprobamos en referéndum dispone: “La producción, importación y comercialización de transgénicos será regulada por Ley”.
Sólo se necesita leer bien estas dos normas para establecer que con el último texto los gobernantes y los constituyentes partidarios suyos sirven los intereses de los empresarios del oriente boliviano, varios de los que ya producen soya transgénica. Al Vicepresidente es necesario decirle que esa concesión (de Morales, suya y de los gobernantes) no es “ceder nada”; al contrario, eso es ceder mucho.
A las Fuerzas Armadas y a la Policía Boliviana, organismos represivos del viejo Estado y que no viven ni siquiera una reforma significativa, los gobernantes, vía constituyentes incondicionales, les hicieron todas las concesiones o casi todas que pidieron. La comparación del texto de la nueva CPE, con el de la vieja, convence de la veracidad de la afirmación que hacemos.
Está muy lejos de la realidad lo que ahora dice el Presidente por las Fuerzas Armadas y lo que repiten algunos de sus miembros de que las FF.AA. son antiimperialistas, anticapitalistas, anticoloniales y socialistas.
En el anterior borrador de la CPE, respecto del texto aprobado, en el punto dos de las disposiciones transitorias, se dice que el Presidente y Vicepresidente pueden postularse sucesivamente sin restricciones. En cambio en la CPE aprobada, en el referéndum, se dispone que para los efectos de la contabilidad de los mandatos presidenciales y vicepresidenciales se tomarán en cuenta los mandatos previos a la aprobación de la nueva CPE.
Este asunto abordaremos, en este espacio el sábado próximo (15-VI-13), con la mayor amplitud posible; nos referimos a la limitación constitucional para postular, por tercera vez, a la Presidencia y a la Vicepresidencia, por Evo Morales y por Álvaro García. En cambio, éstos dicen que están habilitados para una tercera postulación para la que recibieron ayuda del Tribunal Constitucional.
Sin embargo, cuando abogados que ayudaron a redactar la nueva CPE les hicieron notar a los gobernantes que la segunda disposición transitoria de la Ley Fundamental impedía la segunda reelección del actual Presidente, la respuesta de los operadores políticos fue que buscarían un salida política y, por tanto, no sería ni jurídica ni constitucional.
Incluso esta última concesión (que Evo Morales no postularía por tercera vez a la Presidencia) había sido mentira, la que fue definida como “maniobra envolvente” por el Vicepresidente.
“Y se cedieron varias cosas...”
[2], de la CPE aprobada en Sucre y Oruro, admitió el segundo mandatario.
Las propuestas en la nueva CPE, antes de su aprobación, habían sido “radicalizadas extremadamente” o exageradas, todo con el propósito de negociar con los opositores, con la derecha. Esas son las falacias en las que se apoyan los gobernantes para ejercer el poder político del que disponen a discreción y para buscar su reproducción o para ganar de nuevo las elecciones. Nosotros creemos que Evo Morales no ganará las elecciones del próximo año, pero las comprará, como en México, por Peña Nieto.
Sin embargo, para nosotros Evo Morales en vez de ganar las elecciones de 2014 las va a comprar, ya las está comprando.
Notas:
[1] ¡No le tengan miedo al pueblo ni al voto!/ Discurso del presidente en ejercicio, Álvaro García Linera, en la promulgación de la Ley de Aplicación Normativa, La Paz, Palacio de Gobierno, 20 de mayo de 2013, Ministerio de Comunicación Estado Plurinacional de Bolivia. Publicado como suplemento del diario Cambio.
[2] En el discurso citado antes, el Vicepresidente, además, dijo: “Y se cedieron varias cosas, sobre un núcleo obrero, originario, campesino, popular, vecinal, se incorporaron preocupaciones de otros sectores, se incorporaron preocupaciones de otros sectores, se incorporaron preocupaciones de otros sectores, y salió ese texto constitucional, el texto constitucional que lo conocemos, el texto constitucional que está aquí, trabajado en Sucre, aprobado como borrador en Oruro, en detalle, y corregido parcialmente, no en su sustancia, en detalles, en el Congreso”.
“Y salió un texto —continúa— extraordinario. Hoy todos hacemos referencia a este texto constitucional, todos nos sentimos dueños, porque (nos) representa, es como el carnet de identidad de Bolivia, es como su certificado de nacimiento de la nueva Bolivia, ese es el texto constitucional”. No debemos olvidar esa vergonzosa confesión de García Linera que muestra cómo los gobernantes sirven a los patrones antes que a la gente del pueblo.
* Periodista editor del Semanario Aquí.
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2013061403
2013-06-14
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